12 feb 2010

Trilogía de Dietarios

Últimamente me he aficionado a leer dietarios de escritores.
Cuando voy a la biblioteca a la caza de nuevos ejemplares para ilustrar mis horas, se abren paso entre novelas de historia, ficción, ensayos y saltan a mis manos desesperados.
Empezaré recortando el último que he leído:

ILUMINACIONES EN LA SOMBRA. Alejando Sawa (1862-1909).
Este escritor sevillano inspiró a Valle Inclán el personaje de Max Estrella.
Vivió en Madrid, París y Londres, y en sus escritos destaca una feroz crítica a la sociedad de su tiempo.
Fue amigo de Verlaine, Manuel Machado, Ruben Darío (para el que hizo de negro en varios artículos periodísticos).
Murió pobre, ciego y loco.
Esta obra póstuma fue publicada por el empeño de su mujer, y por el mismo empeño, Rubén Darío hizo el prólogo.
La edición de 2009 conmemora los 100 años de su muerte.

"Los hombres, desde el más confuso alborear de las edades, balbucean las letras iniciales del amor, sin llegar a formar con ellas un alfabeto racional nunca. ¿Es placer o tormento, vida o muerte? ¿Acaso los dos términos a la vez?"

"Yo soy un extemporáneo;siempre en mis lecturas de las tristes hojas periódicas de Madrid el presente me parece cosa del pasado o de una vaga realidad de ensueño."

Esta es la crítica a la crítica mas interesante que he leído:
"No conozco nada tan inane como la crítica tal como se ejerce entre nosotros. ¿Que se propone, cual es su finalidad y su alcance? ¿Aleccionar al autor? Más le valiera hacerlo entonces bilateralmente, de cerebro a cerebro, poniéndose en contacto con el autor. ¿Ilustrar al público? Mal sistema es ese, que consiste en enseñar al que no sabe, comenzando por el final y no por el principio.
Eso aparte de que en la inmensa mayoría de los casos se le puede preguntar al crítico como al caballerete del cuento: Y a usted, ¿Quien lo presenta?."

"Prefiero el hambre al insomnio, porque prefiero la muerte a la locura. Yo sé que la demencia aguarda al otro extremo de las noches sin sueño y sin ensueño, al final de la negra carretera en que se pisa un polvo de cuenca hullera, en que el aire se solidifica, en que el silencio se oye y en que la pesadilla ocupa la plaza del pensamiento."

"Vino el duende que era embajador de la Dicha. Yo estaba ocupado en cosas inútiles, pero que me placían momentáneamente...
- Ven luego - le dije.
Y mi vida, desde entonces, ha transcurrido aguardando desesperadamente al emisario, que no se ha vuelto a presentar jamás."


"Dormir es morir temporalmente; todo despertar es una resurrección"